Segundo poema sin nombre para celebrar la vida

Preñado universo en un parto sublime
hermanas de alma nos dejó nacidas.
¡Quiero celebrarte, hija de la Vida,
y que un zumbador a tu vera se arrime!

Mas para ofrendar, ¿qué deja la aurora?
Si el sol cuando nace te lo entrega ella;
ya fuiste volcán, pariste una estrella,
y el mar espumoso ya en tu nombre mora.

Si cual patria izando su mejor bandera,
entre los sudores de un nocturno sueño
sanó el alma verde de tu infantil dueño
y tu anhelo de madre no es ya una quimera.

¡Con mis simples versos celebro tu Vida!
Reflejo del todo, sin nombre va escrito;
espejo del cosmos, espacio infinito
¡donde para siempre seas bendecida!